La clasificación clásica de aperturas de ajedrez
establece cuatro o seis grandes grupos de aperturas:
Aquellas que
se dan tras los movimientos 1.e4 e5.
Aquellas en las que tras 1.e4 las negras responden
con una jugada diferente a 1...e5.
Aquellas que se dan tras los movimientos 1.d4 d5.
Aquellas en las que tras 1.d4 las negras responden
con una jugada diferente a 1...d5. En muchos libros de aperturas se encuentran
en el apartado de aperturas
cerradas.
Aquellas
donde las blancas inician con algún peón diferente de 1.e4 y 1.d4. Las opciones
válidas para el blanco son avanzar 1 casilla los peones b y g ó avanzar 2
posiciones los peones b, c y f ó mover un caballo a su posición más central. En
algunos libros de aperturas se encuentran en el apartado de aperturas irregulares.
Aquellas que no están incluidas en anteriores por
ser consideradas extravagantes o débiles para el blanco. Son las que mueven un
caballo al lateral del tablero ó avanzan un peón (excepto b3 y g3) una sola
casilla ó mueven 2 posiciones los peones laterales de las filas a, g y h.
Existen múltiples aperturas con nombre propio. La nomenclatura clásica les otorga el nombre del lugar o el jugador que las popularizó o una referencia al movimiento realizado. Por citar algunas: la defensa siciliana, el gambito de dama, la defensa india de rey, la defensa francesa, la apertura escocesa, Apertura Ruy López, etc.
Existen otros esquemas de clasificación para las aperturas de ajedrez. El más conocido es la clasificación ECO que proporciona una lista de aperturas de ajedrez. Aunque el código ECO es muy útil para conocer la apertura con sus subvariantes no es demasiado descriptivo.
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